Esta localidad se encuentra en el área noroccidental del Valle, desgajado administrativamente del resto de las entidades locales que forman el Valle de Tobalina y geográficamente se encuentra en la margen derecha del río Jerea, a unos 250 m de su cauce. Pedrosa significa lugar de piedras y su término es uno de los más extensos de Tobalina. El acceso a la misma se realiza a través de la carretera BU-550 que une Trespaderne con Quintana-Entrepeñas, la cual atraviesa el casco urbano. Este está constituido por el casco viejo, situado en la parte alta y las nuevas casas -chalets- situadas en la parte baja, a los lados de la carretera. Este pueblo aparece citado por primera vez en 1068 y en la actualidad la parte más vieja del actual pueblo cuenta con algunas casas solariegas construidas en los siglos XVIII, XIX y XX, con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, algunas de ellas con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. Asociadas a estas casas se han documentado algunas edificaciones auxiliares con finalidades agropecuarias (pajares, graneros). Tanto alguna de estas casas como alguna de las construcciones auxiliares, se encuentran derruidas o en avanzado estado de deterioro. Su antigüedad queda avalada por los restos románicos de la iglesia. La iglesia está dedicada a San Andrés y no destaca su exterior. Puede contemplarse fuera una tumba antropoide de época altomedieval traída de las cercanías. Una casa-torre que perteneció a los Sáiz de Marañón ha sido desmochada y convertida en vivienda. También en la parte vieja, existe un segundo y numeroso grupo de casas que presentan algunas reformas recientes, si bien dichas reformas no han alterado su morfología tradicional. Por último, existe un tercer grupo de casas de nueva planta -chalets- realizadas con materiales modernos y en las que residen personas a las que hasta ahora no les unía ningún lazo con el pueblo. Este conjunto de casas ha crecido a grandes pasos en los últimos años y se halla mayoritariamente en la parte baja del pueblo, en torno a la carretera. En una calle del casco viejo hubo un hospital. La calle en que se ubicó hasta hace poco se llamó Calle del hospital. El pueblo tuvo dos molinos, ambos reconvertidos en pequeñas estaciones eléctricas los dos aún se encuentran en pie. Uno de ellos está junto a la cascada del Jerea, en lo que llaman "El Peñón". El otro se localiza muy próximo al Km. 8 de la carretera BU-550, que conduce de Pedrosa a Quintana-Entrepeñas.
Plágaro está situado unos 2 Km al NO, al pie de la Sierra de Arcena, cercano a Mijaralengua. Es hoy un pueblo abandonado y en ruinas. Es probable que su nombre provenga de la palabra pelagus, traducible como zona pantanosa. Sólo unas pocas casas dispersas se encuentran junto a la iglesia. Las demás se hallan a la entrada del pueblo. La casa rectoral, cercana a la iglesia, destaca por su excelente factura y su arco de ingreso de medio punto con las insignias papales en la clave. La iglesia fue una de las mejores del Valle y estuvo consagrada a San Pedro. Consta de dos naves empezadas a arruinarse. Tuvo dos altares. Quedan algunas pinturas al fresco tras los antiguos retablos. Antes de llegar al pueblo se ve la ermita que sirvió de cementerio y que tiene pinturas populares. El monasterio de San Cosme y San Adrián se encontró donde hay actualmente una cruz. La tercera foto corresponde a la ermita de San Vicente, sita 300 m al S del despoblado de Plágaro y la cuarta a la ermita de los Mártires, situada unos 400 m al E del despoblado de Plágaro, en un vallejo al pie de la Sierra. Citado ya en 1116, fue disuelto como entidad menor en 1983. Población de cierta importancia, se disponía agrupada en dos barrios, uno de ellos denominado de La Fuente, en ambas márgenes del arroyo de Antorquiz, tuvo un pequeño hospital. Hoy todas las edificaciones están en avanzado estado de ruina y muy invadidas por la vegetación. Por Plágaro pasaba un antiguo camino que salvaba la Sierra en dirección a Nograro, mencionado en documentos del siglo XII como calzada o somo portillo y boca de foz junto a él se alzaba el primitivo emplazamiento del monasterio de Los Mártires, donde existe una cruz.
Se encuentra esta localidad en el extremo suroccidental del Valle, dentro de la margen izquierda del río Ebro, en la zona N de un relieve residual cuyas cuestas descienden en dirección N y E a los vallejos configurados por arroyos como el de San Lázaro o el del Pozuelo. El origen de la palabra Quintana sería casa de labor, parte [quinto] de bienes heredados y el apelativo María haría referencia a su dueña. Se localiza junto a la comarcal BU-530, situándose el barrio de Abajo a lo largo de la misma, en la zona de valle, y el barrio de Arriba, al S de la carretera, en la zona elevada, dispuesto por tanto en una serie de cuestas conformadas por calles sinuosas y pendientes. Este barrio es el núcleo antiguo de la población, citado ya en 1068, mientras que el barrio de Abajo es producto de la expansión en época contemporánea. El casco urbano del barrio de Arriba está configurado por casonas del XIX-XX, fundamentalmente, aunque algunas de ellas puedan tener su origen en el XVIII. Se trata de edificios de dos y tres plantas, con fábrica de mampostería y sillar de arenisca, algunas con balconadas o solanas -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-, que presentan todos sus vanos adintelados. No se conservan casas blasonadas ni con accesos de arco de medio punto. El conjunto en general resulta bastante homogéneo a pesar de las reformas y remozados de las casas, presentando las situadas en la zona más baja jardines delante de la fachada, aunque no faltan lamentablemente construcciones de nueva planta que rompen el conjunto, como es el caso del edificio situado junto a la casa rural. En el barrio de Abajo, las construcciones son recientes y no presentan elementos de interés. La iglesia no destaca especialmente y está dedicada a San Juan Evangelista. Es de una sola nave con un pequeño crucero. El retablo luce tablas pintadas de notable calidad con escenas de la vida de Jesús. Al sur del pueblo, donde están las ruinas de la ermita de San Clemente, puede contemplarse un eremitorio altomedieval de unas 40 tumbas. Existen, además, algunas cuevas que pudieron ser habitadas En el siglo XVIII contaba esta localidad con taberna, panadería, lagar, horno y posada. Tuvo también un horno de pan comunal que se derruyó al arreglar el camino de acceso. La presencia del lagar, así como de varias bodegas existentes en el barrio de Arriba, se explica por la importante producción de viñedo que tenía esta localidad, al igual que sucedía en otros pueblos del Valle la mayoría de las bodegas están tapadas o derruidas actualmente, puede observarse la planta de una tallada en la roca al E de la iglesia, junto a una casa. El paisaje que compone actualmente el entorno de la localidad, está monopolizado por el cultivo de cereal, existiendo algunas huertas y frutales próximos al núcleo urbano y zonas de monte bajo y encina en el cerro que se extiende hacia el SE. Dado su emplazamiento en altura, desde la plataforma donde se ubica la iglesia se puede disfrutar de amplias panorámicas del Valle.
Capital del Valle, se localiza en el área central del mismo, en la margen izquierda del Ebro al N de un marcado meandro, en el sector de confluencia de varios arroyos que descienden de la paramera ubicada al N, emplazándose en terreno llano y en las lomas que se desarrollan hacia el N. El ayuntamiento es nuevo y sustituye a un edifico del S.XVIII. El apelativo de Martín Galíndez parece deberse a uno [quizá el primero] de sus propietarios. La localidad es atravesada de E a O por la comarcal BU-530, partiendo del centro de la misma las carreteras locales que acceden a las pedanías del entorno. El casco urbano se aglutina a ambos lados de la carretera, localizándose el núcleo antiguo junto a la plaza y en torno a la iglesia, en la zona más elevada del caserío. Su fundación no está clara, pero podría situarse en el siglo XI, siendo mencionada en el Becerro de las Behetrías como Quintana Martín Galmudez. Siempre ha sido población con bastante entidad, al reunir un importante sector de servicios y desarrollar las funciones administrativas del municipio, produciéndose un aumento espectacular del núcleo urbano en la segunda mitad del siglo XX. Teniendo en cuenta su importancia y evolución, nos encontramos ante un casco urbano conformado en su gran mayoría por construcciones recientes, de gran altura, realizadas con ladrillo y hormigón, resistiendo entre ellas algunas casonas del XIX, cuyas fachadas se encuentran encaladas o bastante reformadas. Algunos edificios de mayor antigüedad se localizan próximos a la iglesia, así la torre de los Salazar, la antigua casa rectoral, bastante deteriorada, y cerca de ella, un edificio realizado en mampostería y sillería de arenisca, cuyo porte recuerda a una torre, que ha sido reformado con acierto. La iglesia está dedicada a santo Tomás apóstol y es un templo de dos naves con arcos apuntados y que posee un escudo de los Salazar. La torre de los García Salazar es una de las pocas que se conservan de la guerra entre los Salazar y los Velasco. Consta de fuerte torre y palacete adosado de mampostería y bien conservada interiormente. Su construcción es atribuíble al siglo XV En cuanto al entorno natural de esta localidad, se encuentra definido por los cultivos de cereal, destacando las arboledas que se desarrollan en las riberas de los arroyos y algunas áreas de matorral y bosque claro de encina y quejigo hacia el E y N de la población.
Esta localidad se encuentra al N del valle, en la margen derecha de un pequeño regato subsidiario del río Purón por su margen derecha y próxima al pie de monte de la Sierra de Arcena, al SO de la misma. El arroyo que pasa cercano debió ser abundante en ranas, pues eso es lo que significa Ranedo. El acceso a la misma se realiza desviándose de la carretera comarcal BU-532, que conduce Pedrosa, en dirección NE. Este pueblo aparece citado por primera vez en el año 978. Actualmente, la localidad es de pequeño tamaño y cuenta con dos barrios, el de Arriba y el de Abajo. El primero se estructura en torno a una calle que gira en dirección E dando acceso al barrio de Abajo. Destaca como conjunto de arquitectura popular la Plaza Mayor, situada en el barrio de Arriba. La impresión general de la iglesia es de gran esbeltez. La entrada está situada al norte, cosa curiosa. Consta de una gran nave con una capilla lateral que cobija la pila bautismal y otra contrapuesta con retablo neoclásico. El retablo es barroco y aparece en él su patrona Santa Eulalia, flanqueada por San Juan Bautista y San José y con el Calvario encima. destacan también una cruz procesional renacentista y la cajonería de la sacristía. El casco urbano cuenta con abundantes casas solariegas construidas en los siglos XIX y XX, realizadas con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de tres plantas, con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. Asociadas a estas casas se han documentado algunas edificaciones auxiliares con patín cuyas finalidades son agropecuarias (pajares, graneros). Destaca por sus dimensiones un granero situado en la plaza. Algunas de las casas se encuentran derruidas o en avanzado estado de deterioro. Existe un segundo grupo de casas de tradición norteña formado por aquellas que presentan algunas reformas recientes, si bien dichas reformas no han alterado su morfología tradicional. Por último, y en menor medida, existe un tercer grupo de casas constituido por alguna casa de construcción reciente. Junto al horno de pan, al lado de la Plaza mayor, hubo un lagar ya desaparecido, ya que esta zona fue rica en viñas hasta hace unos 100 años. El pozo de la Plaza Mayor fue cegado debido a su desuso. Respecto a la flora del entorno, al N de la localidad nos encontramos con monte de pino, roble y sotobosque y el espacio de valle está dedicado al cultivo de secano de corte cerealista.
Esta localidad se encuentra al N del valle, en el interfluvio formado por los arroyos del Prado y de Palacios, muy próxima al pie de monte de la Sierra de Arcena, al SO de la misma. Su nombre hace referencia a un Río de Fancos, quizás debido a alguna emigración. El acceso a la misma se realiza desviándose de la carretera comarcal BU-532, que conduce Pedrosa, en dirección NE a lo largo de unos 500 m. Se trata de una localidad con dos barrios de pequeñas dimensiones dispuestos de forma alargada con orientación SO-NE cuyas construcciones se estructuran en torno a una calle principal. La iglesia está dedicada a San Antonio y San Andrés y anexa a la de la Prada. Tiene una sola nave en la que destaca algún arco de medio punto y una capilla lateral que debió pertenecer a los Salazar, pues está blasonada con sus trece estrellas. El retablo es pequeño y barroco y porta las imágenes de San Andrés, San Antonio, San José y San Isidro. El casco urbano cuenta con algunas casas solariegas construidas en los siglos XIX y XX, realizadas con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía, elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco. Asociadas a estas casas se han documentado algunas edificaciones auxiliares o adosadas a las casas, con finalidades agropecuarias (pajares, graneros). Algunas de estas casas se encuentran abandonadas o semiderruidas. Existe un segundo grupo de casas de tradición norteña formado por aquellas que presentan algunas reformas recientes. Por último, y en menor medida, existe un tercer grupo de casas constituido por casas de nueva planta, chalets, de construcción muy reciente, con materiales modernos. Al N de la localidad nos encontramos con monte de pino, roble y sotobosque y el espacio de valle está dedicado al cultivo de secano de corte cerealista. Hubo una antigua tejera, ya inexistente, junto a un pilón en el alto del monte.
Población situada en el extremo oriental del Valle, entre la Sierra de Arcena y la margen izquierda del río Ebro (embalse de Sobrón), sobre las plataformas que descienden hacia la margen izquierda del arroyo de Tabanera en el punto de confluencia de un arroyo subsidiario. El nombre de San Martín le viene de su antiguo patrono religioso y el apelativo de Don de la denominación geográfica 'fondón de Tobalina'. El acceso a la misma se realiza desviándose de la comarcal BU-530 entre los PK 20 y 21, antes de la desembocadura el arroyo en el embalse. Su casco urbano se dispone de N a S en torno a esta vía de acceso, configurado en dos barrios que vienen determinados por su posición en cuesta. Al N, en la zona más elevada, el barrio de Arriba, agrupado alrededor de la iglesia y con el convento de San Miguel como cierre en su zona N. Al S, el barrio de Abajo, dispuesto de forma alineada a ambos lados de la carretera de acceso. La parroquia de tres naves está consagrada a San Martín. La parte izquierda del edificio es ampliación del siglo XVII a partir del antiguo templo, que se alzaba junto a un gran desnivel. El convento de San Miguel, de monjas clarisas, tiene más de 4000 m. cuadrados. Está conformado por la iglesia de San Miguel, el convento propiamente dicho y la casa del cura, todo ello con fábrica de piedra arenisca en mampostería y sillería. En la iglesia destacan la entrada y el lujoso retablo barroco. El obispo Juan Ochoa de Salazar fue quien mandó construir el convento, cuya obra se comenzó en 1592 y se acabó en 1651. Ha sido recientemente restaurado. Su nombre deriva del patrón de la localidad y de su situación en hondón, siendo denominado así a mediados del XIV, aunque posiblemente se remonte hasta el siglo XII. Contaba con un hospital que desapareció en el XVIII, un molino próximo a la ermita de San Sebastián que desapareció con la construcción del pantano y lavadero con fuente en ambos barrios. El casco urbano cuenta con construcciones bastante antiguas, situadas en el barrio de Arriba, la mayoría casonas del XVII-XVIII, aunque alguna podría ser anterior como la Casa-torre de la calle de La Fuente todas ellas son construcciones sólidas realizadas en su totalidad con piedra arenisca, presentando algunas blasones en las fachadas. Por otra parte, se conservan numerosas casas solariegas construidas en los siglos XIX y XX, con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, con balconada o solana -elemento de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. Existe un segundo grupo de casas de tradición norteña formado por aquellas que presentan algunas reformas recientes, si bien dichas reformas no han alterado su morfología tradicional. Asociadas a estas casas, se encuentran construcciones de época reciente, sobre todo en el barrio de Abajo. El entorno inmediato a la localidad está dedicado al cultivo de cereal, pero la mayor parte del término está conformado por bosque de encina y quejigo, con mezcla de pino y un variado sotobosque en el que destaca la presencia de boj, que sirvió de base para el establecimiento de una floreciente artesanía.
Esta localidad se encuentra en el sector suroriental del Valle, dentro del sector meridional configurado por la margen derecha del Ebro y el pie de monte de los Obarenes emplazándose en una sucesión de plataformas que delimitan el interfluvio de los arroyos de San Juan y de San Pedro, a escasos metros de sus desembocadura en el embalse del Sobrón. Es conocida por haber dado nombre a la central nuclear. Aparece citado ya en el año 967 (In Castella Uetula, in alfoce de Tobalina in villa que uocitant Sancta Maria...), tratándose actualmente de una población relativamente amplia y estable. El núcleo urbano está distribuido en tres barrios: de las Bodegas, de Mediavilla y de Capellanes. El primero en torno a la iglesia, en la zona más elevada, sería el núcleo originario y actualmente el más deteriorado, constando de escasas casas, la mayoría en mal estado. El segundo barrio es el mayor entidad, apiñándose las construcciones alrededor del cruce de carretera y caminos, en la margen izquierda del arroyo de San Juan. El tercer barrio está situado en la zona más baja, en la margen derecha del arroyo de San Pedro junto a su confluencia en el de San Juan, de menores dimensiones que el anterior, se dispone a lo largo de una calle principal. La iglesia, dedicada a la Asunción de María, es amplia y de buena construcción. Luce una poderosa torre. Tiene dos naves de arcos góticos, una de ellas descansa directamente en la roca tallada a cierta altura. El retablo mayor es barroco y en él destacan un Cristo a la columna, San Roque y la Asunción en el centro. Abundan las hermitas: la de Valluerca, el Crucero, la de San Marcos y la de San Sebastián, actual cementerio. A las afueras del pueblo hay un eremitorio altomedieval con seis tumbas muy estropeado. Y en la entrada quedan escasísimos restos de la torre de los Cantera Salazar En cuanto al tipo de construcciones que lo conforman, la mayoría están realizadas en el siglo XX, tratándose en general de edificios de dos o tres plantas con vanos rectangulares. Destacan algunas construcciones más antiguas en las que se observa la tradición arquitectónica que define el Valle, presentando bases de mampostería de arenisca con refuerzos de sillares y la zona superior con entramados y fábricas mixtas, donde se abren balconadas y solanas. Los ejemplos más arcaicos se encuentran en el barrio de las Bodegas, donde todavía se conserva una casa con un pequeño saliente apoyado en pilar de madera a modo de soportal, lamentablemente revocado con cemento. Aún se conservan, reutilizados, antiguos pajares-graneros con la típica escalera adosada al muro no así, los tres hornos comunales con los que contaba el pueblo. Tampoco quedan casonas blasonadas, ya que han sido desmontadas, al menos en parte, llevándose las piedras armeras. En cuanto al entorno natural, el espacio inmediato al pueblo está configurado por extensas huertas y frutales, dedicándose las plataformas superiores al cultivo de cereal, restando la zona de monte al extremo meridional del término que corresponde a los Montes Obarenes, donde se encuentra una gran variedad de bosque y sotobosque.
Esta localidad se encuentra en el área centro-occidental del Valle, en la margen derecha de un arroyo subsidiario de la margen izquierda del Ebro, dentro del amplio sector de vega de éste. El nombre del lugar es una contracción del patrono de la parroquia, San Acisclo. El acceso a la misma se realiza por la carretera comarcal BU-530, situándose unos 2 km al O de la capital Quintana Martín Galíndez. Su casco urbano es de reducidas dimensiones, apiñándose las casas alrededor de la iglesia, en torno a dos calles principales, desarrollándose al S de la carretera. Este lugar aparece citado en el año 872 y posteriormente en 1014 como San Acisclo de Lomana, derivando por tanto su nombre del patrón de la iglesia, mencionado en el Becerro de las Behetrías como Sant Azilos. La iglesia, dedicada también a Santa Victoria, posee una puerta de acceso con arco de medio punto. El retablo mayor, todo él llamativamente dorado, luce una buena imagen de San Isidro y también de San Acisclo, Santa Victoria y Santa Catalina y es de finales del siglo XVIII y está sobre parapetasma pintada en la pared. Una casa particular posee ornamentación de tema religioso:: las llaves de San Pedro entre calaveras con una inscripción. Las casas que lo conforman son una mezcla heterogénea, existiendo construcciones recientes, otras de estructura popular con añadidos y encalados, siendo las menos casas de piedra arenisca con fábrica de mampostería, conservando algunas elementos de arquitectura tradicional como balconadas y entramados. Varios edificios de piedra han sido restaurados con acierto. Destaca una casona al S de la calle Mayor que tiene fachada al S y que presenta en su lienzo E una ventana enmarcada con alfiz y alféizar, sobre la que hay un pequeño sillar moldurado con una cruz. Existencia de un horno de pan, que era comunal, y que según parece se sigue conservando en el piso inferior del edificio de usos comunes. Así mismo, frente a la casona antes descrita, hay una fuente y un lavadero de cemento. El entorno natural de esta localidad está determinado por su situación en la vega del Ebro, por tanto, se localizan algunas arboledas y frutales, siendo el resto cultivos de corte cerealista.
Localidad situada en el extremo oriental del valle, en la margen derecha del embalse del Sobrón justo a las puertas del desfiladero del mismo nombre. Para acceder a la misma desde la carretera BU-530 hay que cruzar un largo puente de construcción contemporánea. Su nombre hace referencia a la abundancia de toba en los montes que le rodean. Mencionada en el Becerro de las Behetrías, esta localidad se vio en gran parte mermada por la construcción del embalse, que anegó la zona norte del mismo que se encontraba a un nivel inferior, restando actualmente escasas edificaciones que se disponen a lo largo de la carretera y varias dispersas junto a un camino que sigue dirección SO. La iglesia, dedicada a Nuestra Señora del Rosario, es alargada y estrecha, con sucesivos arcos apuntados y de medio punto, que manifiestan diversas ampliaciones en sentido longitudinal. Permanece aún un gran paredón de la ermita dedicada a San Sebastián. Empotrada en la fábrica del muro sur se localiza un fragmento de estela romana que no conserva la zona central de la decoración, observándose parte de la inscripción inferior. Las construcciones del casco urbano son en su mayoría de época contemporánea, quedando varias con fábrica de mampostería que presentan reformas y encalados en sus muros. Lo más destacable de esta localidad es el entorno natural, al estar enclavada junto al desfiladero del Sobrón y a los pies de los Montes Obarenes, en el sector situado al N del pico Flor (cota 1338), existiendo una densa vegetación de bosque y matorral, con numerosas variedades, destacando entre el sotobosque la presencia de boj.
Esta localidad se encuentra en el extremo noroccidental del Valle, en un espacio desgajado administrativamente del resto de las entidades locales que forman el valle y geográficamente se sitúa a escasos metros de la margen derecha del arroyo Arcillero. El nombre significa valle de bujedo, arbusto de suelos calizos y abundante. El acceso hasta ella se realiza desviándose en dirección O a lo largo de unos 800 m, de la carretera BU-550 que conduce desde Trespaderne a Criales. Su reducido casco urbano se dispone de forma cuadrangular. La iglesia se halla al norte del pueblo, con el cementerio adosado. El arco de ingreso es de medio punto. Consta de una sola nave de techo plano y aspecto pobre. El pequeño retablo muestra la Virgen del Rosario, patrona del lugar de estilo barroco, entre las imagenes de otra Virgen, San José y San Miguel en lo alto. Este pueblo aparece mencionado por primera vez en el s. XIII y actualmente su núcleo urbano cuenta con escasas casas solariegas, pertenecientes a los siglos XIX y XX, con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. Asociadas a estas casas se ha documentado alguna edificación auxiliar con finalidades agropecuarias (pajares, graneros). Tanto alguna de estas casas como alguna de las construcciones auxiliares, se encuentran derruidas o en avanzado estado de deterioro. Existe un segundo grupo de casas de tradición norteña formado por aquellas que presentan algunas reformas recientes, si bien dichas reformas no han alterado su morfología tradicional. Además existe un tercer grupo compuesto por un elevado número de casas de nueva planta. En el entorno nos encontramos con bosque de encina, quejigo, bujedo y sotobosque y el espacio de valle está dedicado al cultivo de corte cerealista. Existe en el pueblo un lavadero cubierto.
Esta localidad se encuentra en el área nororiental del Valle, al N del río Ebro, sobre una plataforma con buzamiento hacia el S, delimitada al E por el arroyo de los Valles y al O por el de Pandelatea. Su nombre significa villa escondida, y lo es por hallarse en un hoyo. El acceso a la misma se realiza por una carretera local que arranca de Barcina del Barco y atraviesa el núcleo urbano de S a N. Su casco urbano se dispone de forma alineada a ambos lados de la carretera, situado en ligera cuesta, está divido en dos barrios, el Abajo situado al S, ligeramente más apiñado, y el de Arriba, situado al N, junto a la iglesia y cementerio. Población que aparece documentada en el año 959 y mencionada en el Becerro de las Behetrías como Villa Escusa, con el significado de villa escondida. Aunque la mayor parte de los edificios son de construcción reciente, con ladrillo visto o enlucidos, cuenta con alguna casa solariega construida en los siglos XIX y XX, con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. El terreno que circunda esta localidad se encuentra dedicado al cultivo de cereal, localizándose al N la Sierra de Arcena, que presenta una densa cobertera de bosque y sotobosque. Dada su situación en cuesta, desde la zona alta del núcleo se obtiene una amplia panorámica del Valle. La parroquia tiene calidad por dentro y por fuera y está dedicada a San Román. Destaca el arco apuntado del ingreso y una ventana lobulada al sur. Toda la construcción es de buen sillarejo del siglo XVI. Hay tablas notables con figuras de diversos santos y un sagrario de valía. El despoblado de Barredo se localizaba 500 m al NE de Villaescusa. Mencionado por primera vez en documentación de 1283, se cita como despoblado en el Becerro de las Behetrías, aunque debió continuar su escaso vecindario, ya que desapareció definitivamente a principios del siglo XX. Iglesia parroquial del despoblado de Barredo, situada 400 m al NE de Villaescusa, junto a un cruce de caminos. Se encuentra en ruina avanzada y muy invadida por la vegetación, observándose que se trata de un edificio de planta rectangular con cabecera plana al E, realizado en mampostería y sillar de arenisca presenta restos de una espadaña sobre el muro O y la entrada al S, junto a lo que podría ser la sacristía, en cuyo muro S hay una pequeña ventana desde donde se observa una bóveda de cañón. Su retablo se encuentra en la iglesia de Villaescusa.