Esta localidad se encuentra en el extremo noroccidental del Valle, en un espacio desgajado administrativamente del resto de las entidades locales que forman el valle y geográficamente se sitúa a escasos metros de la margen derecha del arroyo Arcillero.

El nombre significa valle de bujedo, arbusto de suelos calizos y abundante.

El acceso hasta ella se realiza desviándose en dirección O a lo largo de unos 800 m, de la carretera BU-550 que conduce desde Trespaderne a Criales. Su reducido casco urbano se dispone de forma cuadrangular.

La iglesia se halla al norte del pueblo, con el cementerio adosado. El arco de ingreso es de medio punto. Consta de una sola nave de techo plano y aspecto pobre. El pequeño retablo muestra la Virgen del Rosario, patrona del lugar de estilo barroco, entre las imagenes de otra Virgen, San José y San Miguel en lo alto.

Este pueblo aparece mencionado por primera vez en el s. XIII y actualmente su núcleo urbano cuenta con escasas casas solariegas, pertenecientes a los siglos XIX y XX, con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. Asociadas a estas casas se ha documentado alguna edificación auxiliar con finalidades agropecuarias (pajares, graneros). Tanto alguna de estas casas como alguna de las construcciones auxiliares, se encuentran derruidas o en avanzado estado de deterioro.
Existe un segundo grupo de casas de tradición norteña formado por aquellas que presentan algunas reformas recientes, si bien dichas reformas no han alterado su morfología tradicional.

Además existe un tercer grupo compuesto por un elevado número de casas de nueva planta.

En el entorno nos encontramos con bosque de encina, quejigo, bujedo y sotobosque y el espacio de valle está dedicado al cultivo de corte cerealista.
Existe en el pueblo un lavadero cubierto.