La Prada

Esta localidad se encuentra en el interfluvio formado por los arroyos de Prada y de Revilla muy próxima al pie de monte de la Sierra de Arcena, al SO de la misma. El valle está dedicado al cultivo de corte cerealista. El acceso a la misma se realiza desviándose de la carretera comarcal BU-532, que conduce a Pedrosa, en dirección NE a lo largo de unos 300 m. Se trata de una localidad con un núcleo urbano de pequeñas dimensiones estructurado en torno a una calle principal, siendo más numerosas las construcciones al S de dicha calle que al N, donde se encuentra la iglesia parroquial sobre un pequeño altozano. La parroquia está dedicada a San Pelayo, lo que podría indicar una temprana repoblación mozárabe. Tiene adosado al norte el cementerio y se aprecia perfectamente como la parte superior del edificio es obra posterior. La Virgen situada junto al altar se trajo de Calleros y se la conoce por ese nombre. La ermita de Nuestra Señora de Calleros está alejada del pueblo y es de planta cuadrada con la cabecera más pequeña y saliente y posee un retablo barroco [foto 1]. El casco urbano cuenta con algunas casas solariegas construidas en los siglos XIX y XX, realizadas con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, algunas de ellas con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía, elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco. Asociadas a estas casas se han documentado algunas edificaciones auxiliares o adosadas a las casas, con finalidades agropecuarias (pajares, graneros). Destaca por su singularidad, un pasadizo creado a partir de un voladizo que une dos casas. Algunas de estas casas se encuentran semiderruidas. Existe un segundo grupo de casas, de tradición norteña pero con reformas y materiales recientes. Por último, y en menor medida, existe un tercer grupo de casas constituido por casas de nueva planta, chalets, de construcción muy reciente, con materiales modernos.

La Revilla de Herrán

Esta localidad se encuentra al N del valle, y está cruzada por un pequeño arroyo subsidiario del río Purón por su margen derecha, encontrándose próxima al pie de monte de la Sierra de Arcena, al SO de la misma. Su emplazamiento en los declives de un profundo arroyo, que le divide en dos partes, explica su nombre. El acceso a la misma se realiza desviándose de la carretera comarcal BU-532, que conduce Pedrosa, en dirección NE a lo largo de escasos 60 m. El casco urbano, de pequeño tamaño, cuenta con dos barrios, el de Arriba y el de Abajo. El primero cuenta con un mayor número de casas que el segundo, las cuales se disponen en torno a una calle principal. Las casas del barrio de Abajo están al N del barrio de Arriba. La iglesia es de poca apariencia, pero interesante interiormente. Consta de dos naves divididas en tres tramos. Llama la atención el grosor de los pilares. El altar es privilegiado y en él destaca la imagen de su patrón, San Miguel. La Virgen gótica está graciosamente ladeada y mide 0,85 m. Es de destacar la pila bautismal compuesta por 12 lóbulos, a manera de concha. Actualmente su casco urbano cuenta con alguna casa solariega construida en los siglos XIX y XX, con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. Asociadas a estas casas se ha documentado alguna construcción auxiliar con patín, cuya finalidad es agropecuaria (pajares, graneros). Alguna de las casas se encuentra derruida o en avanzado estado de deterioro. Existe un segundo grupo de casas de tradición norteña formado por aquellas que presentan algunas reformas recientes, si bien dichas reformas no han alterado su morfología tradicional destacando una situada en el barrio de Abajo. Por último, existe un tercer grupo constituido por casas de nueva planta, de construcción reciente con materiales modernos. En cuanto a la flora del entorno, al N de la localidad nos encontramos con monte de pino, roble y sotobosque y el espacio de valle está dedicado al cultivo de secano de corte cerealista. En la tradición oral de se dice que el actual cementerio fue una ermita ya desaparecida. Además antiguamente hubo otro barrio situado al SE.

Las Viadas

Esta localidad se encuentra al N del valle, en el interfluvio formado por los arroyos de Revilla y del Valle, muy próxima al pie de monte de la Sierra de Arcena, al SO de la misma. Es probable que su nombre tenga algo que ver con la palabra vía. El acceso a la misma se realiza desviándose de la carretera comarcal BU-532, que conduce Pedrosa, en dirección NE a lo largo de unos 700 m. Este pueblo aparece mencionado en el Cartulario de Oña en 1236 y medio siglo después en el fuero de Valderejo. Actualmente su casco urbano cuenta con varias casas solariegas construidas en los siglos XIX y XX, realizadas con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. Asociadas a estas casas se han documentado algunas edificaciones auxiliares con escalinata con finalidades agropecuarias (pajares, graneros). Tanto alguna de estas casas como alguna de las construcciones auxiliares, se encuentran derruidas o en avanzado estado de deterioro. Existe un segundo grupo de casas de tradición norteña formado por aquellas que presentan algunas reformas recientes, si bien dichas reformas no han alterado su morfología tradicional. Por último, y en menor medida, existe un tercer grupo de casas constituido por casas de nueva planta, chalets, de construcción muy reciente, con materiales modernos. Al N de la localidad nos encontramos con monte de pino, roble y sotobosque y el espacio de valle está dedicado al cultivo de secano de corte cerealista. La rica e influyente familia de los Villaranes tuvo una torre en lo alto de una peña a las afueras del lugar. En una casa puede verse todavía su escudo. La iglesia está dedicada a san Andrés y consta de tres naves. El retablo mayor está llamativamente dorado y tiene varias imágenes de bulto redondo, entre ellas la de su patrón. La capilla de los Villaranes está profusamente decorada con el escudo de la familia. La ermita de Villalomiz [foto 1] se encuentra abandonada, aunque la estructura se mantiene en pie estuvo dedicada a la Virgen y luego a San Quirce, siendo centro de una concurrida romería, contaba con un juego de bolos cercano (actualmente no visible), tuvo cofradía titulada de la Asunción en el siglo XVIII. Quizá fuera parroquia de un despoblado, ya que tenía varias propiedades, casa para ermitaño y hospedería, pudiendo identificarse con el San Quirico mencionado en la fundación de Herrán.

Leciñana de Tobalina

Esta localidad se encuentra en el área central del Valle, a unos 250 m de la margen derecha de un arroyo subsidiario del Ebro y al E de un cerro testigo amesetado, conocido como Peña Águila -estribación de la Sierra de Arcena-. El nombre parece proceder de la palabra ilex: lugar de encinas. El acceso a la misma se realiza desviándose de la carretera que une Hedeso con Quintana Martín Galíndez, en dirección NE a lo largo de unos 500 m. Su casco urbano se dispone con orientación N-S en torno a una plaza y está constituido por una serie de construcciones que se dispersan hacia el E y O -zona baja del pueblo-. La parroquia está dedicada a Santa María Egipcíaca. Es un amplio edificio con pequeñas capillas laterales. . Predominan los arcos de medio punto y la sacristía se halla separada por no haber sitio en la cabecera debido a la orografía del terreno. La fuente está construida con grandes sillaresy se desciende a ella por unas escaleras. Presenta una estructura en bóveda de cañón peraltado que la hace única en el Valle. Este pueblo aparece citado por primera vez en el año 1031 y en la actualidad cuenta con varias casas solariegas construidas en los siglos XIX y XX, con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las esquinas, generalmente de dos o tres plantas, con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al naciente o mediodía -elemento típico de influencia de norteña, de la casa montañesa o cántabra y del caserío vasco-. Asociadas a estas casas se han documentado varias edificaciones auxiliares con patín con finalidades agropecuarias (pajares, graneros) si bien estas son de peor calidad a las de otras localidades del valle. Tanto alguna de estas casas como alguna de las construcciones auxiliares, se encuentran derruidas o en avanzado estado de deterioro. Existe un segundo grupo de casas de tradición norteña formado por aquellas que presentan algunas reformas recientes no obstante dichas reformas no han alterado su morfología tradicional. Además existe un tercer grupo de casas constituido por aquellas de nueva planta realizadas con materiales modernos. Al O de la localidad nos encontramos con monte de encina y sotobosque y el espacio de valle está dedicado al cultivo de corte cerealista.

Lomana

Población situada en el extremo suroccidental del Valle, sobre una extensa plataforma que buza ligeramente hacia el S, entre los arroyos de San Lázaro y del Caño, el cual desciende de Imaña, los cuales forma parte de la vertiente izquierda del Ebro. Su nombre significa puesta en una loma [del latín 'lombana']. El acceso a la misma se realiza desviándose de la carretera comarcal BU-530 entre Quintana María y Santocildes, atravesando uno de los ramales de N a S el casco urbano. Está formado por el barrio de arriba, al N, y el barrio de abajo, al S, situándose la iglesia en la zona central, existiendo también algunas construcciones más aisladas al N de la carretera. La documentación más antigua sobre Lomana data del año 872, denominándose en el Becerro de las Behetrías como Loma, derivando su nombre de su localización en una loma, refiriéndose quizás a la ubicación de la torre. El casco urbano cuenta con alguna casa solariega construida en los siglos XIX y XX, con estructura de madera y mampostería de arenisca con sillares en esquinas y vanos, generalmente de dos o tres plantas, con la balconada o solana de madera en la planta superior, orientada la fachada al naciente o al mediodía -elemento de influencia norteña, tipo casa montañesa-. El conjunto en general presenta buen estado, con restauraciones acertadas, aunque en otras se han realizado reformas con ladrillo o se encuentran mezcladas con edificaciones recientes. Destaca el grupo de edificaciones que conforman la plaza del barrio de arriba. Al norte del pueblo se alza la bella torre de los Bonifaz que consta de un rectángulo con las esquinas protegidas por cubos macizos y fue levantada en la segunda mitad del siglo XV. Es uno de los mejores exponentes de la arquitectura fortificada del siglo XV que existen en el Valle. La parroquia está dedicada a Santiago. El arco de ingreso es de medio punto aunque dentro se mezclan los arcos de medio punto con otros apuntados. El retablo mayor es neoclásico con una pequeña imagen de Santiago de aspecto más antiguo. Como elementos etnológicos, se documentan asociadas a las casas, varias edificaciones auxiliares con patín o escalinata lateral (pajares, graneros). El único horno de pan que existía ha sido reformado como merendero. Al encontrarse la localidad en una zona fundamentalmente llana, correspondiente a la amplia vega del Ebro, el entorno natural que define a esta población es el cultivo de cereal.

Lozares de Tobalina

Se encuentra esta localidad situada en el extremo suroccidental del Valle, en la margen derecha del arroyo de los Prados, que forma parte de los subsidiarios de la margen izquierda del río Ebro. Emplazado en ligera cuesta a las faldas del gran relieve residual que cierra el valle por este sector. El nombre del lugar recuerda a una zona de lodazares. El acceso a la misma se realiza por la carretera local que enlaza las comarcales BU-550 y BU-530, desde Santotís hasta Lomana, atravesando esta vía el núcleo urbano de E a O, dividiendo en dos el barrio de arriba, situándose el barrio de abajo en las plataformas inferiores que descienden hacia el vallejo del arroyo, sirviendo de hito central la iglesia parroquial, situada en el extremo meridional de la ladera superior. Este lugar se halla citado ya en documentos del siglo XII, lo que atestigua la antigüedad de la población sin embargo, su arquitectura no resulta relevante debido a un incendio que asoló en 1964 el barrio de arriba, restado pocas casas antiguas. Se conserva alguna aislada, sobre todo en el barrio de abajo, realizadas con mampuesto de arenisca, aunque los ejemplares más abundantes son de tipo popular, con entramados, paredes encaladas y balconadas o solanas. La iglesia es muy buena y está consagrada al Papa San Clemente. Exteriormente presenta numerosos canecillos románicos historiados, que representan animales, máscaras, motivos geométricos... La puerta de ingreso el de medio punto y está recorrida de arquivoltas a las que supera un arco ajedrezado. Destaca el retablo mayor por su calidad, tallado en nogal y policromado sólo en su calle central. Destacan una pequeña Virgen del siglo XIII, dos cruces, una procesional de latón y otra de plata del siglo XVI, y una custodia y un copón de plata. El cementerio está adosado al norte de la parroquia. Los únicos edificios destacables que restan son la casa rectoral y un palacio del siglo XVIII, tal vez perteneciente al conde de Murillo, así como el hospital, casona del XVI [foto de la izquierda]. Este pueblo no contaba con molino, como ocurre en la mayoría de las localidades del valle, ya que los arroyos son de escaso caudal. Tampoco tuvo tejera, ni contaba con puentes u otros elementos destacables. En cuanto al entorno natural en el que se halla enclavada la población, consiste en un sector de monte al N de la misma, en el que predomina la vegetación de tipo matorral con algunas encinas y quejigos aislados, presentando el sector inmediato al pueblo y las plataformas que se extienden hacia el S, un uso casi exclusivo del cultivo del cereal.

Mijaralengua

Se encuentra esta localidad en el extremo nororiental del Valle, dentro de la margen izquierda del río Ebro, sobre el meandro donde se localiza la central nuclear. Emplazada en un alomamiento que desciende en dirección O, donde se localiza el vallejo del arroyo de la Morica. El nombre quizás haga referencia a algún miliario romano. El acceso a la misma se realiza por un ramal de la comarcal BU-530, que atraviesa la población de O a E, disponiéndose el casco urbano en torno a esta vía, de forma apiñada y desorganizada, debido a su situación en cuesta. Siempre ha sido población de escasa entidad, nombrada en el Becerro de las Behetrías como Misuera Luenga, los escasos vecinos con que contaba en el siglo XIV eran todos hidalgos. El casco urbano se encuentra muy deteriorado, con numerosas casas abandonadas o en ruinas, las pocas que quedan en pie se corresponden con casas solariegas de los siglos XVIII-XIX, construidas en mampostería y sillar de arenisca, varias con solanas en la zona superior, aunque la mayoría presentan encalados y diversas reformas y añadidos recientes que deslucen notablemente el conjunto. La iglesia, de vulgar aspecto con predominio de mampostería y dedicada a San Pedro, ocupa el centro del pueblo. Interiormente tiene ábside con bóveda estrellada y esculturas en los capiteles de algunas columnas. El retablo sigue modelos góticos. Destaca San Pedro policromado de notable factura. La sacristía es de construcción más moderna. El cementerio del pueblo fue antiguamente ermita de San Millán El palomar de Mijaralengua es el único que se conserva íntegro en el Valle es circular y se sitúa a la salida del núcleo urbano.

Montejo de Cebas

Se localiza en la zona centro-meridional del Valle, en la margen derecha del Ebro, a la salida del desfiladero que desgaja el cerro San Miguel y antes de que este configure un extenso meandro, ubicándose al pie del monte, en ligera ladera. El nombre de Montejo se refiere a su emplazamiento montuoso y Cebas a la palabra acebo. Citada en el Becerro de las Behetrías como Monteio de Çevas, actualmente se compone de dos núcleos claramente diferenciados: en la ladera se localiza el casco antiguo, apiñado en torno a la carretera que lo atraviesa y en la vega del río, al NO, una extensa urbanización compuesta por chalets, denominada Grupo residencial de los Montejos. El núcleo antiguo se dispone al S de la iglesia y está compuesto en su mayoría por casas realizadas en mampostería de arenisca, en gran parte reformadas, algunas con fábrica mixta utilizando entramados en la parte superior. Varias presentan una planta extensa con grandes jardines en la zona delantera. También consta de edificaciones de nueva planta, pero en general el conjunto está bien cuidado. Destaca, en una plazoleta de la zona sur, un antiguo pajar remozado, realizado en mampuesto de arenisca con patín en el muro S y ventana de medio punto en el lienzo O, donde se ha plantado un pequeño jardín. Junto a la carretera brota la fuente de la Salud, donde hubo un balneario cuyo edificio se aprovecha como colegio veraniego. Destaca la necrópolis altomedieval 'Tumbas de los Moros', seis sepulturas en hilera talladas en roca de individuos adultos. La iglesia, dedicada a san Millán y con cementerio adosado , se encuentra al norte del pueblo y tiene un cuidadísimo exterior en el que destaca su puerta cajeada del siglo XVI. Interiormente es una nave alargada y estrecha con un pequeño crucero en el centro. Carece de retablo. El entorno natural está configurado por la proximidad del monte, cubierto de bosque de encina y quejigo fundamentalmente, destacando la presencia de acebos, y el extenso sector de vega se dedica a cultivos de cereal y a huertas y frutales en la zona más próxima al núcleo urbano.

Montejo de San Miguel

Esta localidad se encuentra en el área centro-meridional del Valle, en la margen izquierda del río Ebro, a los pies de la falda N de un destacado cerro testigo, desgajado de los Montes Obarenes por la acción del río, el cual configura un destacado desfiladero y constituye una barrera natural entre esta localidad y Montejo de Cebas. El apelativo de San Miguel le viene del antiguo monasterio, hoy ermita, de ese nombre. El acceso a la misma se realiza desviándose de la comarcal BU-530 a la altura de Quintana Martín Galíndez, penetrando esta vía por la zona NE del núcleo urbano y atravesándolo en dirección O, continuando hacia Quintana María. Su casco urbano se dispone de forma apiñada en torno a la iglesia y plaza, organizado en calles transversales a la carretera, siendo la zona N bastante llana, mientras que la zona S se acomoda a la ladera del cerro. Núcleo de cierta entidad, es el conjunto urbano mejor conservado del Valle debido a la labor de sus vecinos. Sus orígenes están ligados a la ermita de San Miguel, antiguo monasterio citado ya en documentación de 1084 en su donación al de Oña, alcanzando su mayor esplendor en los siglos XVI y XVII debido a las fortunas hechas en América, existiendo todavía varias casonas denominadas Casas de Indianos, que destacan por sus grandes dimensiones y sus balconadas acristaladas. Junto a éstas, sobresalen también varias casas blasonadas con sólida fábrica de piedra arenisca, aunque la mayoría de las construcciones responden a casas solariegas realizadas en los siglos XIX y XX, realizadas con mampostería y sillar de arenisca o bien con fábrica mixta, mostrando en la zona inferior piedra y en la superior entramado, donde se abren balconadas y solanas, situándose sus fachadas fundamentalmente al S y al E. Es así mismo destacable el cementerio, construido a mediados del XIX, donde destacan las capillas o mausoleos de las familias Robador y Val Ortiz de Valderrama. La iglesia es excelente tanto interior como exteriormente. Todo el frente luce una perfecta sillería. El atrio hace de pórtico y la altísima torre está subdividida por molduras. Es la única iglesia del Valle con cúpula sobre crucero y con frescos de los cuatro Evangelistas y algunos santos más. El retablo mayor es barroco. Los elementos etnológicos también adquieren un papel importante en esta localidad, existiendo todavía algunas bodegas que recuerdan el importante papel del viñedo en tiempos pasados y un lagar que está siendo recuperado como museo etnográfico así mismo, se han recuperado el horno de pan, el juego de bolos, una tejera y una carbonera. El aspecto ecológico es igualmente destacable, tanto por su entorno paisajístico como por su variada flora y fauna el primero está determinado por su ubicación junto al desfiladero del Ebro y las amplias vistas que se obtienen desde el cerro de San Miguel, no sólo del Valle, si no también de la cercana villa de Frías el segundo está constatado en la existencia de una ruta botánica.

Orbañanos

Localidad situada en el extremo SE del Valle, en la franja dispuesta a la margen derecha del río Ebro, en el sector constituido por el Embalse de Sobrón. Emplazada a los pies de los Montes Obarenes, entre los picos Humión (cota 1436) y Flor (cota 1338), por donde discurre el arroyo Coreo que configura un estrecho y encajado valle, situándose el núcleo urbano en un altozano a la margen derecha del arroyo. Su nombre quizás procedad de la misma raíz que Obarenes. El casco urbano está estructurado en torno a una calle principal orientada N-S, continuación del camino de acceso desde la carretera, tratándose de un núcleo de poca entidad en el que se conservan algunas casas realizadas con piedra arenisca y toba, con fábrica de mampostería y sillar en vanos y esquinas, algunas recuperadas con buen criterio, otras con reformas actuales y muros encalados, incluyéndose varias de nueva planta que deslucen el efecto visual del conjunto. Ninguna presenta escudo de armas. La antigua parroquia estuvo en la falda del monte. Aún se mantiene en pie parte de su fábrica y se aprecian algunos nichos y las dos bovedas estrelladas que componían la nave central. La ermita de la Concepción es la actual parroquia y es de aspecto pobre. El Barranco del Arroyo Coreo se abre paso en el flanco septentrional de los Montes Obarenes, entre los picos Flor y Humión, cuya figura destaca desde cualquier punto del Valle. Aquí se encuentran los restos de una tejera en la que se cocía al mismo tiempo cal, ladrillo y teja. Orbañanos se encuentra recogido como población en el Becerro de las Behetrías, encontrándose la primitiva parroquia en ruinas, alrededor de la cual debió haber más casas, configurando un barrio en la margen izquierda del arroyo.

Pangusión

Esta localidad se encuentra en el área oriental del Valle, en la margen izquierda del río Ebro, dentro de un marcado meandro que penetra en dirección S, al O de la desembocadura del río Purón y del meandro donde se localiza la central nuclear. El nombre podría pensarse que proviene de un diminutivo de pago [término] o bien de pago de yuso [de abajo]. El acceso a la misma se realiza desviándose de la vía principal del Valle, la comarcal BU-530, bien por el camino de Pradioz, bien por un ramal de la carretera antes de llegar a Barcina del Barco. Su casco urbano se dispone de N a S a lo largo de dos calles, en realidad continuación de las vías de acceso, situándose las casas de forma aleatoria, un tanto apiñadas, distribuyéndose en dos barrios cuya zona central está marcada por la iglesia. El caserío de la zona N se conoce como El Lugar y el de la zona S como El Barrio. Aparece mencionada esta localidad en 1073 al ser donado el monasterio de San Acisclo a los benedictinos de Oña. El núcleo urbano se encuentra muy reformado, siendo la mayoría de las casas de construcción reciente, algunas tipo chalet, otras con numerosas reformas y añadidos que enmascaran su vieja fábrica. La zona más antigua se localiza en torno a la iglesia, observándose algunas casonas de piedra del XVIII-XIX, conservándose una al N de la iglesia que destaca por su buena fábrica y por presentar una ventana bajo cornisa, cuyo dintel presenta relieve de cruz sobre calvario con estrellas, sol y luna en sus cuadrantes. La iglesia está dedicada a San Acisclo y Santa Victoria y consta de dos partes distintas. El ábside es grande, cuadrado y con bóveda estrellada de buena cantería y está añadido a la iglesia primitiva en la segunda mitad del siglo XVI. El retablo mayor es barroco del año 1770. Destaca la pila bautismal de lóbulos. Hay que señalar en una casa particular una curiosa cruz con grabados celestes Las sucesivas reformas de los edificios han acabado con las viejas casonas de piedra que había, varias de las cuales presentaban escudo. Hubo un horno de pan comunal que ha desaparecido. En cuanto al entorno natural donde se ubica esta población, evidentemente está marcado por la proximidad del Ebro, observándose la frondosa vegetación de ribera, extensos cultivos de cereal y, junto al pueblo, huertas y frutales. Al NO, lindando con la capital del Valle, se localizan algunas lomas cubiertas con matorral y algunos árboles aislados.

Parayuelo

Esta localidad se encuentra cercana a Hedeso. Su nombre procede de la palabra paracuellos: estrecho o cuello angosto de terreno. La iglesia está completamente en ruinas. Estuvo dedicada a San Miguel Arcángel y ardió hace años como consecuencia de la quema de rastrojos. A comienzos del siglo XVIII había sido adecentada retirando ciertas partes del retablo, colocando un cuadro del patrono, dorando la efigie del patrono y plantando una nueva pila bautismal. Su reducido núcleo urbano, al que se accede por un camino, cuenta con una serie de construcciones mayoritariamente arruinadas o en avanzado estado de ruina. Sus características constructivas son idénticas a las registradas en otras localidades del Valle.