En este corto recorrido se visita el núcleo urbano de Lomana con su arquitectura popular de tradición norteña y la Torre de los Bonifaz como más destacado elemento histórico-artístico. La ruta se completa con la visita a la necrópolis de La Peña de San Clemente en Quintana María.
···Torre de los Bonifaz····
Se localiza al N del casco urbano de Lomana, en una plataforma elevada con respecto al mismo, desde donde se obtiene un amplio campo de control visual sobre todo el valle del Ebro.
Realizada en piedra arenisca con fábrica de sillarejo irregular y sillares en los vanos, trabada con argamasa de cal y canto. Presenta planta rectangular con cubos en las esquinas, contendría piso bajo y tres plantas, careciendo actualmente de cubierta. La fachada principal se localiza al S, donde se abre una puerta de arco apuntado y sobre ella, defendiéndola, una ladronera. En el lienzo E se abre otra puerta, no visible por la vegetación que cubre esta zona. Los vanos son similares en todos los paños; en el piso bajo se sitúan vanos tipo saetera, en la primera planta son rectangulares y abocinados hacia el exterior y en la segunda y tercera planta se abren ventanas aspilleradas simples y geminadas, de arcos apuntados, carpaneles, en cortina, trebolados y lobulados.
Fue levantada en la segunda mitad del siglo XV.
···Peña de San Clemente····
Situada unos 350 m al S de la iglesia de Quintana María sobre un relieve que domina el valle del Ebro. Consiste en un afloramiento de arenisca con disposición E-O y pequeño farallón al S, localizándose unas 40 tumbas a lo largo del borde meridional; son bastante profundas y presentan forma de bañera y antropomorfa, siendo la cabecera de éstas semicircular y rectangular, observándose en algunas los entalles para las tapas. La mayoría son de individuos adultos, otras infantiles y algunas de lactantes. El extremo occidental del afloramiento presenta diversos entalles que podrían corresponder a la cimentación de la primitiva estructura de la ermita. En la zona central, al N de las tumbas, se observa un derrumbe de piedras y tejas y un alineamiento de piedras de 6,5 m con orientación E-O y 3,5 m con orientación N-S, tratándose de la cimentación de la moderna ermita. En farallón se localiza una oquedad artificial, bastante erosionada, con unos 3 m de altura, 2 m de ancho en la boca y 1 m de profundidad.
Las ruinas de la ermita moderna se conservaron hasta hace no muchos años, conociéndose el posible eremitorio como cueva de la Virgen. En la zona oriental y meridional del roquedo se observan restos de muros y tejas que podrían responder a recintos asociados a un despoblado.